LLega Mayo, días largos, ropa de verano, sandalias,... Parece que fue ayer cuando el Gran Poder recorría las calles con el morado de su túnica, hoy desde mi terraza el único morado que veo es el de las jacarandas, flor de mayo y octubre, que me embelesa, me cautiva, me desconcierta; desde que una persona muy importante en mi vida me contará el por qué de estos árboles en mi balcón. Dicen que un rey que vino a sevilla quedó prendado de su belleza y para realzarla aún más si cabe regaló esta especie, que perdura y se reproduce por las calles de esta ciudad.
Pero yo quisiera ver rojo por mi balcón
el rojo de tu Gloria,
el rojo de tu Encarnación,
el rojo de tus labios,
y de tu corazón.
Ese rojo de tu manto,
que se hace colorido
el último jueves de mayo
cuando enfilas tu camino.
Gente detrás y gente delante
delante los que no podemos dejar de mirarte.
Y es que cuento los días,
Para oir tu diana
y llorar a tus plantas,
para llevar tu trono
y que me lleves en volandas,
para seguir tu carreta
y buscar tu mirada,
para cantar tu salve
y que no me salgan las palabras,
para estar en tu ermita
tras tus flores en jarras,
para que llegue ese domingo
y tu simpecado salga,
para que llegue a tu casa
y me refresque la cara,
para que vuelvas al pueblo
que te espera con ansia,
para que te aclame sin voz
con flores te aclama mi alma,
y es que arrojarte flores
es mi sueños y esperanza,
es que me muero por verte
en tu carreta de plata,
y mirarte a los ojos
y que me digas "¿qué pasa?"
"aquí me tienes madre mía,
aqui me tienes Encarnación de mi alma"
el rojo de tu Gloria,
el rojo de tu Encarnación,
el rojo de tus labios,
y de tu corazón.
Ese rojo de tu manto,
que se hace colorido
el último jueves de mayo
cuando enfilas tu camino.
Gente detrás y gente delante
delante los que no podemos dejar de mirarte.
Y es que cuento los días,
Para oir tu diana
y llorar a tus plantas,
para llevar tu trono
y que me lleves en volandas,
para seguir tu carreta
y buscar tu mirada,
para cantar tu salve
y que no me salgan las palabras,
para estar en tu ermita
tras tus flores en jarras,
para que llegue ese domingo
y tu simpecado salga,
para que llegue a tu casa
y me refresque la cara,
para que vuelvas al pueblo
que te espera con ansia,
para que te aclame sin voz
con flores te aclama mi alma,
y es que arrojarte flores
es mi sueños y esperanza,
es que me muero por verte
en tu carreta de plata,
y mirarte a los ojos
y que me digas "¿qué pasa?"
"aquí me tienes madre mía,
aqui me tienes Encarnación de mi alma"
Muy buena esta entrada, aunque nadie la ha comentado. Y es que el texto lo merece.
ResponderEliminarMe ha gustado, se palpa el sentimiento tan propio y cercano que tienes hacia la Virgen de la Encaranción y como lo rematas en el diálogo de los últimos versos.
Felicidades.
A mi también me daría pena la separación ya que toda la vida lo he vivido así y lo he disfrutado al máximo, pero comprendo que las tradiciones se deben ir adecuando a la realidad. Muchas personas comentan que en la feria cada año hay más gente el Domingo de Romería, y quizás sea cierto, que estas personas decidan disfrutar de la feria antes que irse a la Ermita, como dicen alguno, a estar todo el día "aperreado" por el cansancio que se arrasta. Se piensa que por esto se debería separar, pero yo quiero recordar que hace unos años cuando se suspendió la Romería para el Domingo siguiente por la lluvia, la asistencia no fue mayor, que pasa hay también se estaba cansado? yo creo que la actitud de las personas está cambiando, y que cada vez estamos más cómodos,no queremos sacrificarnos por nada. Pero bueno, para los que vamos mejor, así tenemos más huecos, aunque me da mucha pena ver como cada año venimos menos con la Virgen para el pueblo, todo el mundo esperando en el cuartel arreglaito y descansaito, pues que sepan que se pierden uno de los mejores días de Gerena.
ResponderEliminarQuizás José, por todo esto sería conveniente estudiar tu propuesta, tanto de parte de la Hermandad como del Ayuntamiento, y así intentar atraer a más personas.